Popayán



Buscan crear comedor comentario para niños



UN SUEÑO EN EL DORADO…
El asentamiento el dorado que esta ubicado al norte de la ciudad en el barrio Bello Horizonte, alberga a más de 30 familias de escasos recursos, cada una de ellas con enormes dificultades. Un grupo de mujeres: Las señoras del Dorado, quienes se han organizado con una especial convicción y sin dejar que las dificultades se conviertan en obstáculos para visionar un futuro mejor no optaron por esperar a que un “milagro” tocara a su puerta como ellas mismas lo dicen, sino que prefirieron salir en la búsqueda de alternativas de solución a sus problemas, pidiendo ayuda para la realización de pequeños proyectos comunitarios que le permitan ir mejorando su situación y nivel de vida.
Casa hechas en madera, con plástico, a piso de tierra, y con más de 6 integrantes por familia, están conformado cada uno de los hogares, cuadras sin pavimentar y sin un parque en donde jugar los niños se han buscado la manera de cada tardes distraerse leyendo en una pequeña biblioteca que ellos mismo han hecho con los libros que les regalan, son niños que buscas cumplir sus ilusiones y que se sientes capaces de tener oportunidades en esta sociedad, dándose el caso de Miguel Ángel que es un joven becado por el conservatorio y quien pertenece al grupo la batuta, quien su gran ilusión es convertirse en un buen cantante, sacando sus propias canciones, es por ello que todo los fines de semana busca alegrar a la gente de sus comunidad, con sus canciones románticas y de ritmo.

Conjuntamente en la estrecha casa y donde se encuentra la biblioteca, funciona provisionalmente un “comedor comunitario”, que es administrado por Erica Daza y quien todas las mañanas se levanta a las 5 de la mañana, prende sus radio mientras coloca la hoya para preparase un tinto, sale del baño, despacha sus tres hijos al estudio y empieza con la labor del día, preparar los alimentos para los 15 niños que pueden acceder a este alimento. A las 10 de la mañana y con dos camas cada pieza se dispone arreglar el desorden que sus Carolina de 7 años, Andrés de 11 y Juan Carlos de 13, mientras que dos ayudantes mas continúan el labor de la cocina.

Llega la 1 de la tarde y es allí donde su trabajo se reflejara, los niños empiezas, se acomodan en las tres mesas que tienen, unos juegan, hablan y se preguntan mutuamente como les fue en el día, el alimento llega a sus mesas, esperan que todos tengas su plato de comida, rezas o oran a su dios, entre todos lavan sus platos, descansan, juegan, leen, mientras otros cantan, dándole alegría a la casa, mientras que los que pasan se contagian, interesándose interesan por saber que es lo que pasa, entra y se da cuenta que niños entre los 6 a 13 años de edad están ahí.

Es viernes y los niños ya buscan la manera de conocer un lugar mas de su ciudad, ya que durante la semana solo en unos mapas de Popayán pueden ver lo que comprende esta, los mapas están colgados sobre las paredes de tablas y esterilla de este humilde “rancho”, que durante una lluvia el temor se apodera de ellos por el fuerte y estremedor ruido del zinc.
Un fin de semana cuando menos lo esperaban, cuando el barro hecho por las contaste lluvias del invierno, donde siquiera se podía transitar a pie llego uno artista musical que les alegro la vida, que les dio a entender que la vida es mas que un sueño, por ello con sus canciones a acapela y con su vos quebrajante por frió, Alberto plaza hizo cantar a los niños y a las madres cabezas de familia.

Todo este sueño que un día empezó en una humilde casa a tenido miles de promesas por políticos, por ello estas mujeres madres cabezas de familia buscaron la manera de conformarse como una sociedad para que así el político les cumpliera el sueño de la construcción de un salón para el comedor comunitario pero no fue así, ella se dirigieron al consultorio empresarial de la Universidad del Cuaca con el fin de obtener una accesoria y de hecho la encontraron.

Las actividades y proyecto ya estaban en marcha, 4 de las mujeres cabeza de familia empezaron a ser capacitadas en el Sena en panadería y pastelería, para que de esta manera se pudieran dar un sustento ellas misma y pudieran dar sostenimiento al comedor, una actividad fue realizada en el Centro Deportivo Universitario de Tulcán, campaña denominada “Construyamos juntos el futuro que los niños sueñan”, en la cual los niños mostraron todo su talento, pero llegado el cierre del eventos los éxitos no fueron los deseados, durante varias semana estuvimos trabajando fuertemente en la publicidad del evento, pero con la cara de tristeza y preocupación Erica daza dice tan solo unas pocas persona fueron, ni para hoyas, ni estufa no alcanzo.

Con sus nervios de punta y con un llanto entre alegría y tristeza, pero con el anhelo de seguir sacando este proyecto adelante, sigue su rutina todas las mañanas, los niños siguen llegando, la alegría y las ganas de salir adelante de estas humildes familia no se quiere perder en el norte de esta ciudad.



ESTEBAN ZUÑIGA

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